En estos días en que los periodistas mexicanos nos estamos preguntando cómo se cubre este nuevo fenómeno de la violencia generalizada, qué papel nos toca jugar en medio de esta carnicería (además de informar puntualmente lo que ocurre) y qué podemos hacer extra además de dar malas noticias si nuestra intención no es infundir más terror, y varias veces he escuchado mencionar al
Giornale di Sicilia.
La historia va así: En la década pasada en la que las Mafias sicilianas se apropiaron de mentes, calles, leyes, jueces, política, reglas del juego, lealtades, y que sembraban bombas, cabezas y terror, los ciudadanos se quedaron indefensos y sin autoestima.
“Después de los atentados de 1992 en la ciudad de Palermo, cuando Cosa Nostra mató a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borselino, la lucha social de este país dio un giro y en consecuencia, comenzó también a tener otras dimensiones de lucha (…) la gente se sumió en una reflexión sobre lo que debían hacer, pues las organizaciones aisladas no podían contra ‘el monstruo’ del crimen organizado”, relata mi amiga periodista Cynthia Rodríguez,
desde Italia para Excélsior.
“Fue así que en 1995 nació Libera que hoy en Italia agrupa a alrededor de mil 400 organizaciones civiles de todo el país, que sin perder su identidad y su razón de lucha --pues hay desde asociaciones de comerciantes, ambientalistas, empresarios, católicos, laicos, etc.-- están coordinados para combatir la violencia, la ilegalidad, la corrupción y las ‘complacencias’" (mediante proyectos culturales, educativos, políticos y sociales diveros).
Lo más difícil de combatir era "la cultura mafiosa" --le dijo uno de los protagonistas--, “aquella de los favores, aquella de pretender una serie de atenciones en manera no legal, aquella de la mentalidad, este es el rol que la sociedad responsable debe tener”.
En este asunto, según lo que encontré en Internet, jugó un papel crucial el diario
Giornale Di Sicilia, que, además de cubrir las investigaciones policiacas y los juicios contra funcionarios y empresas coludidos con los criminales, ayudó a recuperar la confianza de los habitantes de la región en su poder como ciudadanos.
¿Cómo fue? “Fue el Giornale di Sicilia, primer periódico de la región, el que se convirtió en uno
de los más fuertes aliados de esta transformación, especialmente en la implementación de la cultura de
la legalidad y la libertad en la juventud y las escuelas. A través de una sección denominada
Cronaca in
Classe donde los estudiantes diariamente realizan entrevistas a personalidades públicas, redactan
artículos, plantean exigencias, problemas, soluciones, etc. Muchas de las veces tratando el tema de la
mafia y la criminalidad (...) El paso de cambiar la imagen de la ciudad, hacerla más humana, habitable y ofrecer una mejor calidad de vida consistió en atender pormenorizadamente a las sugerencias y peticiones de la ciudadanía de Palermo en cuanto a la reparación de vías, embellecimiento de fachadas y construcción
de parques y plazas, se rindió homenaje a los caídos en la lucha contra la Mafia, desde modestas placas conmemorativas colocadas en los sitios donde fueron asesinados, como el renombramiento de calles; en señal de que el pueblo de Palermo no olvidará jamás a todos aquellos que dieron sus vidas para lograr este cambio de mentalidad (...) El devolver a los palermitanos el orgullo de sentirse sicilianos, fue fundamental para lograr el cambio en su mentalidad.
"Cuando éstos empezaron a ver su niños interesados en la recuperación de su ciudad, empapados de proyectos de investigación de sus raíces, y a conocer la esencia misma de su gentilicio; el sentimiento hacia la ciudad se asimiló al que tenían dentro de su propia casa, con lo cual, los cuidados al patrimonio palermitano también se consideraron como tal. Incluso hasta llegaron a ver a la mafia, no como un icono de Sicilia, sino como un fenómeno ajeno a ella". (el texto completo de donde saqué este fragmento está en
http://www.clad.org.ve/fulltext/2034900.pdf)
Según el proyecto de medios por una
Cultura de la Legalidad, el papel de los medios en una sociedad donde ya no hay respeto por la ley puede ser exhibir al crimen y la corrupción reforzando, a la vez, la cultura de la legalidad (vigilando el comportamiento de los funcionarios públicos, haciendo informes sobre la corrupción y facilitando la
participación pública en la promoción de la cultura de la legalidad y el estado de derecho)”.
Menciona también el ejemplo del
Giornale Di Sicilia y explica que “usó sus páginas para alentar a niños de diferentes partes de la región a convencerse deque ellos también pueden influir en la vida diaria de su propia sociedad. Durante años han publicado las cartas y las opiniones de los estudiantes, sobre sucesos ycondiciones específicas en su comunidad, en particular sobre el estado de derecho o sus deficiencias. El periódico busca, entonces, las opiniones de funcionarios de elección popular o por nombramiento, o de otros especialistas, a quienes se les pide que respondan a preguntas específicas de los niños, ylas respuestas son publicadas semanalmente en una página especial.
"Como frecuentemente el diálogo se refiere a asuntos, particularmente sobre la corrupción y la delincuencia local, que afectan a los adultos y a la comunidad en general, muchos adultos y jóvenes se
interesan activamente. Esta política del
Giornale Di Sicilia tiene varias funciones.
Expone problemas y exige a los funcionarios que respondan, demostrando con esto a la
generación más joven de sicilianos que pueden involucrarsedirectamente en elfomento
del estado de derecho. También refuerza los programas escolares de prevención del
crimen y la corrupción. Por último, al llegar a los niños, también llega a sus hermanos,
padres y otros miembros de la sociedad”.
Y aunque ciertamente, como narra Cynthia, Sicilia todavia tiene muchos problemas y la frase “cultura de la legalidad” ya dejó de tener sentido por haber sido tan manoseadas, el ejemplo del
Giornale nos puede inspirar para buscar una respuesta mexicana a las preguntas que nos planteamos los periodistas.